COMO LAS PRACTICO

¿Primero que todo porque no practicar las normas de urbanidad?

Te aseguro que practicarlas será muy valioso para tu vida y te traerá buenas consecuencias.

A continuación te daremos  ejemplos de cómo debes practicarlas:

Respetar al otro como un otro: su carácter, su amor propio, sus opiniones, inclinaciones, caprichos, costumbres, etc., aunque las consideremos defectos. El respeto da un paso más que la tolerancia.

Escuchar, más que hablar: descubrir quién es el otro, qué quiere, qué piensa. No dirigirse a él como si fuera una proyección de nosotros. Hablar sin descanso es una descortesía hacia los demás, y además revela cierto egoísmo.

Comprender, antes que juzgar: no odiar al otro ni hablar mal de él ante otros por lo que creemos que son sus defectos. Siempre es mejor preguntarse: ¿qué hace que la persona que nos molesta actúe de la forma en qué lo hace? Así, será más fácil que comprendamos y más difícil que odiemos.

Pensar antes de actuar o de hablar: elegir siempre la mejor oportunidad, no ser imprudente. Evitar palabras molestas, observaciones poco delicadas, descorteses o demasiado personales.

Ser discreto: no hacer preguntas que nos hagan parecer excesivamente curiosos, ni divulgar los secretos que otros nos han confiado. De lo contrario, nos ganaremos que nadie confíe en nosotros.

Adecuar el discurso a los conocimientos del otro: evitar hacer comentarios sobre historia, ciencia, cultura o arte cuando no se conoce el grado de conocimiento de las personas que escuchan.

Adecuar el discurso a la situación del otro: percibir cuál es su estado anímico y, según eso, decir lo que sea apropiado.

Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.

Hace mucho no son practicadas las normas de urbanidad y porque no te haces una pregunta:

¿Por qué no son practicadas o porque las dejamos de practicar?

Pues sería bueno que cada uno de nosotros pensáramos en ello, pues nos serviría de mucho si reflexionaremos sobre la situación actual.

 

Urbanidad en el Teléfono

1.- Al contestar la llamada otorguemos el saludo y si somos los que estamos realizando la llamada saludemos y presentémonos, es muy sencillo y genera el inicio de una buena conversación,  “Hola”- “Hola, buena tarde, soy fulano”.

2.- Tengamos muy presente que hay tres ocasiones en que debemos evitar realizar llamadas, claro que siempre una urgencia está antes que la norma urbana, estas serán durante la hora de la comida, muy temprano en la mañana (por temprano podemos suponer antes de la hora en que empieza la actividad laboral) y tarde por la noche ( por lo regular posterior a la 9:00 p.m. o 21:00 hrs).

3.- Si nos llegamos a equivocar en el marcado o tuviéramos el número telefónico equivocado, presentemos una disculpa en lugar de colgar abruptamente y si nosotros contestamos la llamada equivocada seamos pacientes y mostremos la educación al aceptar la disculpa.

4.- Si el teléfono es de uso común, como en casa o en la oficina, seamos consientes y prudentes en nuestros tiempos de llamada, respetuosos del derecho y los tiempos de los demás; y en eso obviamente está incluido el no hacer llamadas falsas, de broma, etc.

 

EN LA MESA

 

1.- En ninguna parte como en la mesa se manifiesta la educación, que no es otra cosa que el respeto que tenemos hacia los demás y que por consiguiente deseamos para nosotros mismos

El guardar normas de urbanidad en nuestra propia casa, creará un hábito, que hará que se realicen espontáneamente en cualquier lugar y momento de forma natural.

* No nos sentaremos antes que las personas más caracterizadas o la que presida la mesa.

* Nos sentaremos a una distancia prudencial, sin apoyar los codos en la mesa. 

* No estiraremos las piernas, ni nos recostaremos en nuestro asiento, ni en el de los demás, ni ocultaremos una mano mientras comemos con la otra.

* No nos levantaremos, ni extenderemos el brazo por delante de otra persona para tomar otro objeto cualquiera, si necesitásemos algo de la mesa, lo solicitaremos con amabilidad de alguno de nuestros inmediatos comensales.


* No nos introduciremos, en la boca, pedazos mayores de los que podamos comer de una sola vez, la vista de alimentos al masticar es desagradable, para los demás comensales.

* El comer o beber deprisa, es un acto de glotonería.

* El comer o beber despacio, además de ocasionar desesperación en los demás, puede ocasionar que tengamos que seguir comiendo cuando hayan terminado los demás.

* Si las comidas o bebidas estuvieran muy calientes, las tomaremos en pequeñas porciones o sorbos para no quemarnos.

Verter los líquidos en los platos par después tomarlos, tomar con la cuchara parte de ellos para después volver a vaciarlos, soplar los alimentos, son acciones que no debemos hacer. 

Hacer ruido al comer, roer lo huesos o limpiarlos, rebañar el plato, inclinarlos para coger mejor la salsa, hablar mientras se mastica no demuestran respeto por las personas que se sientan en la mesa.

* Si nos gustase la comida, o encontrásemos en ella algún objeto desagradable, no efectuaremos movimientos ni gestos de desagrado ni diremos palabras molestas, de forma que ni nuestro semblante revele la impresión que nos ha causado.

* Los huesos de la carne o de las frutas y las espinas del pescado, se deben de colocar dentro de nuestro plato y separados a un lado del resto de la comida.

* Si en el transcurso de la comida nos viéramos el la obligación de soltar el cubierto lo colocaremos dentro de nuestro plato.

* Antes y después de beber nos limpiaremos los labios con las servilletas y nunca tomaremos bebida alguna teniendo en la boca comida.

* Nunca separaremos la miga de la corteza del pan.

* No preguntaremos nada ni llamaremos la atención de otra persona cuando esté masticando o bebiendo.

* Nunca ofreceremos a nadie líquido que hayamos probado, el pan que hemos empezado, ni el vaso o copa en que estamos bebiendo o hemos bebido.

* No ofreceremos un alimento, a otro comensal, más de dos veces. La persona que quiera aceptar una invitación, lo hará a la primera o segunda vez que le sea ofrecida, la insistencia de mas de dos veces puede provocar la aceptación por no ofender, aun a costa de no apetecer o gustar.

* Procuraremos no levantarnos de la mesa, sin causa justificada y siempre solicitando el permiso de los que nos rodean.

* A la comida se llega con precisión, más bien con unos minutos de antelación.

* Al dirigirse a la mesa, no tener prisa por llegar los primeros, tampoco hacerse esperar es bueno.

* No nos sentaremos a la mesa sin que se haya sentado, la señora dueña de la casa y demás señoras.

* En la mesa procuraremos atender a las personas de nuestro lado, y no empezar a comer hasta que empiece la señora de la casa, la persona de más edad o el anfitrión.

2.- Por lo general no se alaban ni desaprueban las comidas, ni por parte de los invitados ni por quien invita. Algunas veces puede ser oportuno por parte de los invitados, hacer una benévola aprobación.

Antiguamente era norma no fumar en la mesa, si otros no lo hacían y con la aprobación de las señoras y dueños de la casa, hoy en día esta observación sobre ya que no es conveniente fumar nunca.